En una de nuestras anteriores entradas ya te hablamos de las notas musicales y de cómo se representan esas notas en un pentagrama. Gracias a este contenido, ya conoces todas las notas, así como sus particularidades, que van desde la forma de representar sus nombres hasta el número total de las mismas.
¿Son 7 o son 12? Integrando los bemoles y sostenidos hablamos de que existen 12 notas en la escala cromática pero, ¿qué más podemos encontrar en una partitura? A continuación, te enseñamos a cómo leer una partitura de forma sencilla, dándote una guía rápida de las figuras musicales más habituales que podemos encontrar en ellas.
TABLA DE CONTENIDOS
1. Figuras musicales
Lo primero, además de conocer todas las notas y su posición en el pentagrama, es saber cuáles son las diferentes figuras musicales. Toda melodía tiene un ritmo, y este viene determinado por las notas, que tienen distintas duraciones.
En este sentido, encontramos las semifusas, las fusas, las semicorcheas, las corcheas, las negras, las blancas y las redondas. En orden, estas figuras tienen una duración de 1/16, 1/8, 1/4, 1/2, 1, 2 y 4 tiempos.
Acompañadas por un puntillo, cada una de estas figuras hace que una nota dure más tiempo, en concreto la mitad de su duración original. Es decir, si una redonda dura 4 tiempos, el puntillo hará que dure 4 tiempos más la mitad de su valor, lo que tiene un valor de 6 tiempos.
Ocurre algo similar con los silencios, y es que es habitual encontrar estas figuras en cualquier composición musical.
Figuras musicales | Duración |
Redonda | 4 |
Blanca | 2 |
Negra | 1 |
Corchea | 1/2 |
Semicorchea | 1/4 |
Fusa | 1/8 |
Semifusa | 1/16 |
2. Claves y armaduras
Antes que las propias figuras musicales, lo que primero vemos al comenzar a leer una partitura es su clave. Puede ser una clave de Sol, de Fa o de Do, y determina qué nota estará escrita en cada una de las cinco líneas del pentagrama y sus cuatro espacios.
Las armaduras, o armaduras de clave, por su parte, indican la tonalidad en la que está escrita una obra musical. Es decir, con la anotación de bemoles o sostenidos tras la clave, se muestra qué notas van a estar alteradas durante toda la canción o pieza.
Tal y como se explica en el vídeo, en las partituras a piano hay siempre un par de pentagramas, cada uno con su propia clave. La clave de Sol es para la parte de la obra que se tocará, generalmente, con la mano derecha, mientras que la clave de Fa encuadra la cuarta octava, de la que se encarga la mano izquierda.
3. La métrica
Otro elemento clave en una partitura son los compases. Definidos al principio de la misma, se trata de la forma de dividir los pulsos en varios y pequeños grupos. Estos pueden ser diferentes en función de la obra.
Las líneas verticales son las que delimitan sobre el pentagrama cada compás, los cuales pueden ser binarios, ternarios, cuaternarios e irregulares. ¿Cómo se representan en la partitura? Más que por su nombre, lo más común es que te suenen los números, que van desde los compases de 2/4 hasta los de 4/4, pasando por los de 2/2, 9/8 o 3/4.
4. La altura de las notas
Para determinar la altura de un sonido, se colocará la figura deseada en la parte correspondiente del pentagrama, según la nota que se quiera producir. En todos los casos, la altura puede estar condicionada por la clave y la armadura de la partitura, la cual tiene el papel de indicar el tono concreto de toda la pieza. Además, a su lado, se incluye el signo de bemol o sostenido, en caso de que algunas de las notas presenten alteraciones.
De cara a que no sean un lío para los músicos, la plica de las notas se puede dibujar hacia arriba o hacia abajo a partir de cierta nota.
5. Alteraciones
Como ya te hemos adelantado, existen ciertos símbolos que modifican la altura de la nota a la que acompañan. Cambia, por tanto, su sonido, siendo más alto o más bajo de lo habitual.
¿Cómo se representan? Para aquellos en los que se quiere subir un semitono, se utiliza el signo del sostenido. También se puede ejecutar un doble sostenido, lo que implicaría que la nota pasaría a ser un tono más alta.
Por otro lado, el signo de bemol provocará que las notas suenen un semitono más grave, mientras que el doble bemol hará que suene un tono por debajo del sonido normal de la nota.
En algunas partituras se coloca también el signo del becuadro, el cual se encarga de anular las alteraciones existentes en partes previas de la partitura para notas concretas.
6. Intensidad
A la hora de tocar una obra musical, seguro que te has percatado de que no todas las partes se ejecutan de la misma forma ni con la misma intensidad. Dentro de las diferentes técnicas de ejecución encontramos varios indicadores.
Entre los de intensidad, a la hora de leer una partitura destacan la ejecución suave, a piano, y la intensa, o forte. Representadas con la letra “p” y la “f”, pueden tener varios niveles de intensidad a su vez, además de poder ir variando la intensidad de un compás de forma creciente o decreciente, tal como también indicará la propia partitura.
En los inicios de la creación musical, ni siquiera existían las partituras ni la notación musical, las cuales surgieron tras la necesidad de poder transmitir las obras con el paso de los años, sin perder ni un ápice de su esencia.
Para cualquier músico, es esencial conocer todos los elementos que forman una partitura, desde una etapa esencial y básica, hasta un conocimiento más profundo. Sólo de esta manera se puede conseguir tocar obras con auténtica destreza y cumpliendo con las exigencias en cuanto a altura o intensidad determinadas por su creador. ¿Te ha resultado útil este contenido? ¡Háznoslo saber en la sección de comentarios!