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Origen de la armónica de cristal
Según la definición de idiófono, se trata de un tipo de instrumento que utiliza su propio cuerpo como sistema de razonamiento para generar sonido, sin recurrir a cuerdas, membranas o cualquier otro elemento similar.
Dicho esto, uno de los instrumentos idiófonos que hemos tenido el gusto de escuchar durante muchos años, y que quizás no sea uno de los más conocidos pese a tener una historia increíble un sonido mágico, celestial y angelical, es la armónica de cristal.
Este magnífico instrumento fue concebido en el año 1760 por un famoso político y científico además de inventor. Hablamos de uno de los mismísimo fundadores de EEUU, el estadounidense, Benjamín Franklin.
La idea originaria de Franklin surge tras asistir a un concierto de copas de vino llenadas con agua celebrado en Cambridge e interpretado por el británico Edward Delaval.
Hay que matizar, que realmente, Benjamín únicamente automatizó y perfeccionó algo que ya existía. Fue el detonante previo a que el instrumento se fuera popularizando con los años e incluso mejorando más aún, con aportaciones como las de Richard Pockrich, quien desarrolló un sistema más sofisticado para la armónica de cristal.
Se conoce que tiempo después, Marianne Davies, sería la primera músico profesional en tocar la armónica de vidrio. Esta actuaba junto a su joven hermana Cecilia Davies, la cual era soprano clásica en conciertos y óperas.
Fue entre giras por Europa, donde ambas artistas tuvieron el gusto de conocer al famoso músico compositor, Wolfgang Amadeus Mozart. Este asistió a una de las actuaciones de las hermanas Davies, donde quedó prendado por el instrumento que luego utilizaría en sus propias obras musicales.
Por supuesto, Mozart no fue el único en mostrar interés por la armónica de cristal. Otros grandes compositores como Beethoven, Carl Philipp Emmanuel Bach, Richard Strauss… compusieron obras para este instrumento.
De hecho se utilizó también para realizar actos espirituales, de ilusionismo y fantasmagoría desde finales del siglo XVIII, muchos de ellos protagonizados por el físico y “mago” belga Étienne-Gaspard Robertson.
Composición y funcionamiento de la armónica de cristal
La armónica de vidrio, conocida en inglés como “glassharmonica”, está formada por un conjunto de platos, tarros de cristal o vasos semiesféricos de diferentes dimensiones y colocados de forma superpuesta y horizontalmente, que desempeñan la función de resonancia.
Estos elementos son atravesados por un eje que a su vez está conectado a un pedal el cual rota mientras se toca el instrumento. A simple vista recuerda en cuanto a estructura a una máquina de coser tradicional.
En cuanto al funcionamiento, la armónica de cristal requiere que se toquen los diferentes platos con las yemas de los dedos ligeramente mojadas mientras se hace girar el eje con el pedal. Así se obtiene el característico sonido cristalino de este instrumento.
Por todo ello, queda claro que la armónica de cristal poco o nada tiene que ver con la armónica tradicional, que es un instrumento de viento madera y metal, pese a que el nombre pueda llevar a pensar que tienen relación. Simplemente, coinciden por el concepto “armonía” por el que ambos instrumentos destacan.
Problemas de la armónica de vidrio
La armónica de vidrio fue prohibida y retirada en varias zonas al producir daños y enfermedades a los músicos que la tocaban.
Sin embargo, el auténtico responsable, era únicamente el plomo que se utilizaba en su composición, el cual causaba plumbismo o saturnismo (una especie de envenenamiento del cuerpo humano) a músicos que la tocaban con frecuencia durante muchos años seguidos.
Así pues, por motivos de salud, se decidió empezar a fabricar el instrumento únicamente con cristales y sin presencia de plomo.
Sin embargo, también se defendía que la armónica de cristal conducía a la depresión, desesperación y la locura.. aunque esto no es algo que se pudiera probar con tanta seguridad.
¿Que ha sido de la armónica de cristal?
En la actualidad la armónica de cristal se ha convertido en un instrumento poco conocidoyutilizado por muy pocos músicos, en comparación con la mayoría de instrumentos musicales que conocemos.
Durante los años que estuvo prohibida, por los problemas derivados del uso de plomo (en ocasiones prácticamente una cuarta parte del instrumento estaba estaba compuesta por este material) la armónica de vidrio perdió popularidad.
Sin embargo, la armónica de cristal remontó mínimamente tras su “adaptación sanitaria” que dejaba de utilizar el plomo, en favor de únicamente cristales, sobre los años 80.
Aún así, a partir de aquí, el nivel de producción de este instrumento ya no era el mismo que en el siglo XVIII en el que se fabricaron más de 4.000 armónicas de cristal hasta el año 1835 cuando se prohibió.
Únicamente un profesional vidriero alemán, Gerhard Finkenbeiner, se aventuró de nuevo con la fabricación del instrumento a partir del 1982 en Massachusetts.
Como podemos ver si probamos a hacer una búsqueda por internet, veremos que no es muy fácil hoy en día adquirir este instrumento, además de que el precio puede alcanzar los 20.000 dólares.
Posiblemente el taller de Finkenbeiner sea de los pocos sitios donde siguen fabricándose, y honestamente, el sitio web no da demasiada confianza.
Por otro lado, vemos cómo ha decaído el interés por el instrumento, al observar que no hay conservatorios donde se pueda aprender a tocar el instrumento, por lo que ha quedado relegado únicamente a unos pocos amantes incondicionales de su mágico sonido.
Algunos de los músicoscontemporáneos de rock, música electrónica e incluso óperaque han contado en alguna ocasión con este instrumento celestial o que se dedican profesionalmente a él podrían ser:
Thomas Bloch
Es una de las figuras más representativas de la armónica de cristal y uno de los mayores propulsores del instrumento. Ha colaborado con bandas de música mundialmente conocidas como Radiohead, Gorillaz o Daft Punk.
Thomas Bloch y La ópera Lucia di Lammermoor, de Donizetti
Dennis James
William Zeitler
Por otro lado, músicos de la talla de John Cage, Björk Arthur H o Tom Waits se han sentido muy atraídos por los encantos de este maravilloso instrumento musical y han llegado a incluirlo en alguna de sus canciones.
Y esta ha sido solo una pequeña retrospectiva de la historia de un instrumento musical que ha pasado desapercibido durante las últimas décadas.
Un instrumento que tuvo la mala suerte de ser asociado en ocasiones, con aspectos negativos como la locura o la enfermedad, y que sin embargo, tiene potencial como para remontar y volver a convertirse en un increíble acompañamiento, en este caso de la música contemporánea.
¿Quién sabe? Quizás este “post” ayude en el proceso para popularizarla de nuevo…